Sociedad

El simple acto de esperar

Descubrí por casualidad, hace ya algún tiempo, el blog de Steve McCurry´s. Llegué a su artículo, titulado Simple Act of Waiting, en el que hace un estudio de lo que significa la espera para la mayoría de las personas. Una importante cantidad de imágenes, exactamente dieciocho, ilustran unos textos sugerentes, muchos de ellos elaborados por grandes pensadores. Comienza su artículo con una cita de Khaled Hosseini en Mil soles espléndidos: «De todas las dificultades que una persona tuvo que sufrir, la que le supuso el mayor castigo fue el simple hecho de esperar«. A la mayoría no nos gusta esperar. Odiamos esperar a que nos atiendan en el restaurante cuando nos sentamos para comer, en la caja del supermercado, delante de las taquillas del campo de fútbol, en la parada del autobús… Odiamos las colas, aunque sepamos que necesitamos esperar para conseguir algo, para llegar a algún lugar.

Sólo las personas tranquilas y pacientes se dominan cuando tienen que esperar. En algunos casos estamos obligados a hacerlo, en otros nos sometemos voluntariamente a la espera. Como decía San Agustín, «la paciencia es la madre de la sabiduría», pero en muchas circunstancias no queremos ser sabios, desearíamos que el que nos está esperando en la ventanilla se diese más prisa, o que el médico atendiese a los pacientes más rápido para que nos diese solución al insoportable dolor que nos aqueja.

Me he tomado la libertad de tomar prestadas dos de las imágenes que Steve McCurry´s nos ofrece. La primera es auténticamente sorprendente, miles de personas esperando para bañarse en el río Ganges (India), exactamente en Allahabad, son auténticas multitudes guardando turno en el Kumbh Mela. En este caso la fe está tras la decisión de los peregrinos.

Perro

La segunda imagen tiene como protagonista a uno de los más fieles amigos del hombre, un perro. El animal está esperando que le abran la puerta, subido a una piedra, con el agua inundando la calle. También corresponde a la India, exactamente a Porbandar. Pero hay algunas más, no dejes de verlas.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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