Imaginación

Llamar a la policía en Argentina

De allá me llegó, de allende los mares, hace ya más de seis años. Como siempre, el conducto fue el correo electrónico. Me llegó indirectamente, de rebote. Explica la técnica a utilizar para conseguir que la policía atienda a tu llamada. El escenario está en Argentina, pero se podría aplicar a otros muchos lugares. Sólo una variación en el planteamiento de una denuncia produce un cambio radical en la toma de decisiones. A pesar de que el relato es ficticio, o eso creo, podría aplicarse a hechos reales. No dudes en leerlo, aprenderás algo que puede interesarte…

Yo tengo un sueño muy liviano, y en una de esas noches noté que había alguien andando sigilosamente por el jardín de la casa.

Me levanté silenciosamente y me quedé siguiendo los leves ruidos que venían de afuera, hasta ver una silueta pasando por la ventana del baño.

Como mi casa es muy segura, con rejas en las ventanas y trancas internas en las puertas, no me preocupé demasiado, pero estaba claro que no iba a dejar al ladrón ahí, contemplándolo tranquilamente.

Llamé a la policía e informé de la situación y di mi dirección. Me preguntaron si el ladrón estaba armado, de que calibre era el arma, si estaba solo… y si ya estaba dentro de la casa.

Aclaré que no, que aún estaba en el jardín, y que de las características del arma no sabia nada.

Me dijeron que no había ningún patrullero para ayudar, pero que iban a mandar a alguien en el momento que fuera posible. Que si pasaba algo que volviera a llamar. (¡Alentador!).

Un minuto después llamé nuevamente y dije con voz calmada:
– Hola, hace un rato llamé porque había alguien en mi jardín. No hay necesidad de que se apuren. Ya maté al tipo con un tiro de escopeta calibre 12, que tenía guardada para estas situaciones. Y el tiro se lo pegué en la cabeza. Le volé la cabeza y ahora sus sesos están regados por el jardín…

Pasados menos de tres minutos, había en mi calle 5 patrulleros de la Policía Federal con matrículas truchas; un helicóptero de la Policía de la Provincia; 1 unidad de Bomberos municipal, 1 tipo de Quebracho para ver si alguno (el chorro o yo) era judío; el Defensor del Pueblo; 2 patrullas de la Defensa Civil; un equipo de reporteros de Televisión y otro de Radio Mitre; 11 fotógrafos (Clarín, Cabildo, P12…); 1 diputado; 2 concejales; Mariano Grondona; y un grupo de las Madres de Bonafini, que no se perderían esto por nada del mundo.

Ellos agarraron al ladrón in fraganti, quien estaba mirando todo con cara de asombro. Tal vez pensaba que se había metido en la casa del Jefe de Policía.

En medio del tumulto, un Oficial se aproximó y me dijo:
– Creí que había dicho que había matado al ladrón.

Yo le contesté:
– Creí que me habían dicho que no había nadie disponible.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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