Imaginación

Refranes e imaginación

A continuación podéis encontrar unas cortas reflexiones sobre lo que aportan los refranes. Utilizamos para ello ejemplos puntuales.

Todos sabemos que un refrán es un dicho popular, normalmente de origen anónimo, que actúa a modo de sentencia. A pesar de su contenido, de sus pocas palabras, aviva la reflexión, transmite una enseñanza y, en la mayoría de los casos, sirve como ejemplo de un hecho o situación. El refrán surge de la experiencia. Puede servir para reforzar una explicación o para transmitir un consejo. Su fin es eminentemente instructivo. El paso del tiempo ha convertido los refranes en expresiones populares, como ya hemos indicado.

Estructuras del refrán

El refrán puede adoptar estructuras diferentes:

  • Estructura binaria simple:
    Quien mal anda, mal acaba.
    Ojos que no ven, corazón que no siente.
    En casa del herrero, cuchillo de palo.
  • Estructura reforzada por rimas:
    Haz el bien sin mirar a quién.
  • Repetición de palabras:
    El diablo sabe por diablo pero más sabe por viejo.
  • Oposición de conceptos:
    Pan para hoy, hambre para mañana.
    Más vale malo conocido que bueno por conocer.

Haciendo una revisión

Recordando un artículo de Maite Alvarado, publicado en el año ochenta y seis en la revista Cacumen, podemos ver como el refrán puede adornar el diálogo de dos imaginativos personajes, con retazos de ingenio. Aquí lo tenemos.

Perdone, caballero, pero yo estoy esperando que me atiendan desde hace un rato largo, cuando todavía no habían abierto, y usted acaba de llegar, así que no pretenda ponerse delante de mi.
¡Ah! Disculpe, no me di cuenta de que había una fila. Pero no es para tanto. Me iré atrás del todo, total, no por mucho madrugar amanece más temprano
Así es, pero no se olvide que al que madruga, Dios le ayuda, caballero.
¡Bah! Si de Dios se trata, usted y yo sabemos por sus propios labios que los últimos serán los primeros, de modo que me voy tranquilo al final de esta fila, que cada vez es más larga… Buenos días.
Buenos días y recuerde que no hay mal que por bien no venga.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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