Sociedad

Respetando las normas

La única forma de vivir en sociedad es respetando las normas, eso lo sabemos todos. A pesar de ello son muchos, cada vez más, los que se las saltan a la torera. No les importan los demás ni el lugar en el que viven. Tiran papeles al suelo, escupen en la acera, se saltan los pasos de cebra, cruzan la calle con el semáforo en rojo, o dejan que sus hijos campen por sus fueros sin llamarles la atención cuando molestan a las personas que se encuentran en un supermercado, en una cafetería o en un parque. La lista sería interminable. Hay casos graves que no vamos a enumerar, que en ocasiones terminan en tragedia.

Respetando la normas

Respetando las normas

¿Por qué hay hombres y mujeres que no respetan las normas? Porque se creen los amos del mundo y sólo atienden a lo que les dicen algunos. Su cobardía les delata. Algunos actúan a escondidas, otros lo hacen cuando saben que no hay nadie (por ejemplo, la autoridad) que les afee su actitud o les castigue por su acción. Y los hay que lo hacen siempre, sin importarles nada, son así de atrevidos, o mejor, de chulos.

Falta de respeto

Una prueba fehaciente de lo que cuento la tenemos en la fotografía que os ofrezco. Aunque, por lo que podemos deducir, corresponde al aparcamiento de una de las cadenas de supermercados más conocidas en Estados Unidos, la archiconocida Walmart, puede repetirse en cualquier lugar, en España, en Pernambuco o donde se tercie. ¿Cuántos aparcamientos para minusválidos son respetados por algunas personas (si se les puede considerar como tales) que no padecen trastornos físicos ni psíquicos? Muy pocos, cuando el tiempo aprieta y no hay aparcamientos normales libres.

¿Cómo lo hizo?

Lo que no logro entender es como un individuo (o individua) es capaz de aparcar su vehículo en el lugar reservado a los carros de la compra. No sólo por la falta de respeto por las normas sino también por el reducido espacio. Y lo que aún no entiendo es como salió el conductor del coche. Está claro que tuvo que hacerlo por la ventanilla que, obviamente, tuvo que dejar abierta, algo que supone un riesgo. Pero… así somos y así vivimos, sin vivir…

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

Un comentario

  1. Yo vivo en Colombia y lo llamo atropello, como tambié es la incapacidad para permanecer en línea, todos tienen morbosa tendencia a adelantarse a los vehículos que esperan en un pare o semáforo, todos son vivos, todos invaden carriles y en general, a todos nos falta disciplina.

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