Sociedad

Cerveza en la piscina

Seguro que estás pensando, «¿qué nos va acontar este tío ahora?» Ya sé que te gusta tomar una cerveza en la piscina (no en el agua, seguramente), lo mismo que en la cafetería o cuando te estás comiendo un bocadillo de jamón. A mi me pasa lo mismo, pero no, no os voy a hablar de como podemos tomarnos una cerveza en la piscina sino de que ahora es posible bañarnos en una piscina que, en vez de agua, tiene cerveza. Tal vez no te animes porque no te apetece que las burbujas y la espuma rasquen tu piel, te hagan cosquillas, y porque tampoco tienes ganas de irte a Austria, exactamente al castillo Starkenberger Brewery, que se encuentra a pocas horas de Munich.

Bañarse en cerveza

Los expertos en la degustación de cerveza seguro que conocen, o han oído hablar, de la mítica marca Starkenberger, una bebida legendaria en Austria y en otros muchos lugares, con más de cien años de existencia. Los propietarios de la empresa que produce la bebida disponen de un castillo (el que hemos indicado en el párrafo anterior) en el que ahora han construido tal singular piscina.

Cerveza en la piscina

Ahora los barriles de cerveza, tal como marca la tradición, no sólo se almacenan en la bodega de estilo gótico sino que también su contenido se vierte en el hueco de cada una de las siete piscinas, que conforman una especie de baño turco. ¡Que desperdicio! Son piscinas – bañeras climatizadas, que tratan de emular la que dicen que poseía Cleopatra, en el antiguo Egipto, y en la que pasaba largas horas con un único objetivo, conseguir un saludable efecto reparador.

¿Quieres apuntarte? Tendrías que hacer una reserva para una bañera – piscina de cerveza, pagando 298 dólares por el alquiler, más otros 6,50 dólares por persona, por disfrutar durante dos horas de la rubia bebida acariciando tu piel. Eso sí, en el precio también va incluida la degustación de una jarra de cerveza, acompañada de galletas (¿de lúpulo?) y de carne tirolesa. Habría que probar pero, si he de ser sincero, la idea no me seduce. Me gusta la cerveza, pero tomada con moderación. No la quiero tragar mientras nado (si puedo) o me sumerjo en el líquido.

Visto en Thrillist

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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