Debo aclarar, antes de explicaros la solución, que la comida fue deliciosa. No lo digo por fastidiar (ni por fardar). Ya pasaron varios años desde aquel día, pero la recuerdo como si fuese ayer, no sólo por los manjares que disfrutamos sino por las relaciones que manteníamos todos los que nos sentamos a la mesa. Tal vez algún día la repitamos y recordaremos tiempos pasados. La nostalgia se apoderará de nosotros…
Esta es la solución
Está claro que Felisa comió gambas. Luis se sentó enfrente de mí ya que Antonia lo hizo enfrente de Felisa, por tanto yo comí ostras. A mi derecha tenía a Antonia que, ¡conclusión lógica!, comió percebes. Por último, Luis se comió el centollo.