Imaginación

Tesis doctoral sobre la palabra «cojones»

Una palabra, como la que indicamos, puede adoptar distintos significados en función de la frase en la que se encuentre. Nuestro idioma ofrece una gran cantidad de resultados en este aspecto.

Tesis doctoral sobre la palabra "cojones"

Según contaba hace ya algún tiempo Arturo Pérez Reverte y, allá por el año 1972, nos relataba Camilo José Cela en su Diccionario Secreto, la palabra ‘cojones’ es de gran riqueza, en lo que a acepciones se refiere.

Ahora me explico las quejas de los extranjeros por sus dificultades con nuestras acepciones. Un ejemplo de la riqueza del lenguaje castellano es el número y acepciones de una simples palabra, como puede ser la muy conocida y frecuentemente utilizada referencia a los atributos masculinos, «cojones».

Si va acompañada de un numeral, tiene significados distinto según el número utilizado. Así, «uno» significa «caro o costoso» (valía un cojón), «dos» significa «valentía» (tenía dos cojones), «tres» significa «desprecio» (me importa tres cojones), un número muy grande más «par» significa «dificultad» (lograrlo me costo mil pares de cojones).

El verbo cambia el significado. «Tener» indica «valentía» (aquella persona tiene cojones), aunque con signos exclamativos puede significar «sorpresa» (¡tiene cojones!); «poner» expresa un reto, especialmente si se ponen en algunos lugares (puso los cojones encima de la mesa).

También se los utiliza para apostar (me corto los cojones), o para amenazar (te corto los cojones). El tiempo del verbo utilizado cambia el significado de la frase. Así, el presente indica «molestia o hastío» (me toca los cojones), el reflexivo significa «vagancia» (se tocaba los cojones), pero el imperativo significa «sorpresa» (¡tócate los cojones!). Los prefijos y sufijos modulan su significado: «a-» expresa «miedo» (acojonado), «des-» significa «cansancio o risa» (descojonado), «-udo» indica «perfección» (cojonudo), y «-azo» se refiere a la indolencia o abulia (cojonazo).

Las preposiciones matizan la expresión. «De» significa «éxito» (me salió de cojones) o «cantidad» (hacía un frío de cojones), «por» expresa «voluntariedad» (lo haré por cojones), «hasta» expresa «límite de aguante» (estoy hasta los cojones), «con» indica «valor» (era un hombre con cojones) y «sin», «cobardía» (era un hombre sin cojones).

Es distinto el color, la forma, la simple tersura o el tamaño. El color violeta expresa «frío» (se me quedaron los cojones morados), la forma, «cansancio» (tenía los cojones cuadrados), pero el desgaste implica «experiencia» (tenía los cojones pelados de tanto repetirlo).

Es importante el tamaño y la posición (tiene dos cojones grandes y bien plantados); sin embargo hay tamaño máximo (tiene los cojones como los del caballo de Espartero) que no puede superarse, porque entonces indica «torpeza o vagancia» (le cuelgan, se los pisa, se siente sobre ellos, e incluso necesita una carretilla para llevarlos).

La interjección «¡cojones!» significa «sorpresa», y cuando uno se halla perplejo los solicita (manda cojones). En ese lugar reside la voluntad y de allí surgen las órdenes (me sale de los cojones).

En resumen, será difícil encontrar una palabra, en castellano o en otros idiomas, con mayor número de acepciones.

NOTA: Este artículo lo escribí hace más de siete años. Me he atrevido a recuperarlo del fondo del baúl y a traerlo de nuevo a portada, tras considerar que puede resultar interesante para los que visitan Batiburrillo.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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