Ciencia y Tecnología

La morfina como droga

Hubo un tiempo en que las inyecciones de morfina estaban de moda para solucionar males que producían dolores. Aunque en estos momentos el nivel de uso en ciertos grupos de personas no sea el mismo, eso no significa que esta droga haya dejado de consumirse.

La morfina como droga

El descubrimiento de la morfina es atribuido por igual a médicos franceses y alemanes. Pero fue un mancebo de farmacia, Friedrich Wilhelm Adam Sertürner, quien en 1830, vistos los efectos narcóticos y estupefacientes del alcaloide que acababa de aislar, le asignó el nombre de morfina en honor a Morfeo, dios del sueño en la mitología griega y romana.

Durante la guerra franco-prusiana en 1870-1871, los médicos de ambos bandos administraban altas dosis del preparado para calmar los dolores de los heridos de metralla o de las víctimas de amputaciones, por lo que no es extraño que al finalizar la contienda aparecieran los primeros casos de toxicomanía iatrogénica.

Los males que ocasiona el consumo de morfina

Porque la morfina es uno de los estupefacientes, o droga, más violentos. La sustancia, introducida en el organismo por vía oral, subcutánea o intramuscular, pasa fácilmente a la sangre y de ésta a los tejidos, donde se deposita.

En particular, estimula la zona medular de las glándulas suprarrenales para que segreguen adrenalina, y actúa sobre el sistema nervioso central, la musculatura lisa de las vísceras abdominales y la piel. Su poder depresor sobre los centros nerviosos de la respiración y de la tos fundamentaría, precisamente, una de sus mayores aplicaciones médicas: el tratamiento de enfermedades pulmonares, y sobre todo el de las tuberculosis con presencia de hemorragias.

Sin embargo, el efecto más utilizado y realmente más asombroso de la morfina es el de calmar los dolores de cualquier clase o intensidad, sin eliminar otro tipo de sensaciones, como el tacto.

Los efectos de la morfina

En efecto, en personas no habituadas a esta droga, la introducción endovenosa de una pequeña dosis (alrededor de 15 mg) suele producir un estado de somnolencia acompañado de una supresión casi total del dolor y una mitigación del estado de ansiedad que no vienen, sin embargo, acompañados de una disminución de las funciones sensoriales, si bien en algunos casos las personas inyectadas dicen encontrarse en una especie de nube mental.

Al irse habituando a la droga, el morfinómano parece sentir esos efectos de una forma diferente, de tal manera que, tras inyectarse, aparece en él una especie de euforia. Sin embargo, la morfina es una droga que crea rápidamente tolerancia, por lo que la somnolencia, el alivio del dolor y la disminución de la ansiedad decrecen progresivamente, hasta tal grado que el adicto se ve obligado a inyectarse dosis muy elevadas (de hasta 5.000 mg) para intentar llegar a esa euforia inicial que, sin embargo, no alcanza ya con tanta facilidad ni siquiera empleando esas altas dosis.

La dependencia que crea la morfina

Por otro lado, la morfina crea una intensa dependencia, tanto física como psíquica, por lo que la supresión de la dosis habitual produce en el individuo el clásico síndrome de abstinencia, que se manifiesta primeramente por desasosiego, sudoración, dilatación de las pupilas y piloerección, a lo que posteriormente siguen dolores, contracciones musculares, vómitos, diarreas, insomnio, elevación de la presión arterial y pérdida acusada de peso.

Conclusión

Pese a aquella especie de primer toque de alerta sobre los peligros que entrañaba, el uso de la morfina continuó extendiéndose como una mancha de aceite. Al menor síntoma de fatiga, al más ligero dolor, los médicos recurrían (ahora no tanto) al nuevo curalotodo a finales del pasado siglo y pronto esta terapia se extendió a muchos miembros de la población civil.

La alta burguesía y el mundo artístico adoptaron, en tiempos ya pasados, la moda de las inyecciones de morfina, llegándose a ver en los escaparates de los grandes joyeros jeringuillas y estuches para la droga fabricados con metales preciosos. En estos momentos ya no es así.

Fuente: Temas Clave de Aula Abierta Salvat – El fenómeno droga. Publicado en el año 1982
Autor: Francesc Freixa i Santfeliu

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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