Imaginación

Las palabras se fueron

Recuperamos otra publicación de los desaparecidos Foros de Batiburrillo. Su autor es RodoCarmona. Fue escrito en la sección de Literatura.

Las palabras se fueron

Sin previo aviso las palabras se fueron. No puedo determinar el instante preciso tras el cual la página se quedó fundida en negro, en qué fatídico día amanecí del delirio y ya no tuve nada que escribir en el blanco paraíso del papel y la pantalla. El escritor o el que aspira a serlo, muere el día en que el abecedario, el que creyó propio, se torna un laberinto esquivo, un agujero negro del que nada se puede extraer.

Hoy se cumplen dos años y medio en los que no he podido hilvanar dos frases seguidas. Dos años y medio exiliado de una patria, ahora lo sé, a la que nunca pertenecí del todo.

El convento quedó en ruinas en mitad del desierto

Dos besos atrás el amor aún tenía sentido, aún representaba la luz del sol sobre las vidrieras al sur de la catedral. Nos asomamos a las ventanas de una avenida sin parada de autobús, donde hay una María de Magdala en todas las esquinas y donde el azar derrota a un dios que no aparece en las aceras.

Pero siempre hay un trozo de tierra al que regresar, siempre hay espacio para la palabra alegría escondida en algún párrafo de nuestra novela.

Rompe a llover la mañana. Y como en una vieja película, aparecen los recuerdos con la nieve del tiempo y una banda sonora que no les pega.

¿Qué palabra elegir ahora?

A veces el punto y aparte es el mejor aliado de la cobardía. A veces esa misma cobardía es el paso previo de la vuelta al paraíso. Los actos del presente no se acaban jamás en el fugaz ahora al que están unidos. El futuro está sucediendo a cada instante.

Tal vez por eso todo cambia y la sequía deja paso a las lluvias en el Serengueti. Y renacen las hierbas y los pétalos en los jardines de Keukenhof. Despiertan al aire palabras fortuitas que tratan de alcanzar una felicidad que siempre está pagando el alquiler con meses de retraso, escondiendo con botellas de champán desbravado la verdad de sus finanzas. La bancarrota huye del neón y los diarios.

Cambiamos de canal y de carril. Jugarse el todo por el todo para llegar a ningún lado o a ese cruce de caminos donde es posible arribar a todos los destinos. El tiempo repasa su pasado acodado en la barra de un casino llamado “Melancolía”. En esa resaca quedamos a la deriva en el terreno pantanoso de un reloj que no se atrasa, porque es cierto que en algún ayer soñábamos un hoy bien distinto.

La última calada del atardecer se difumina sobre la bahía. Nada como el silencio para describir un paisaje semejante.

Brilla la luna ahora como un sol ártico. Y con ella llegaron las cartas del juzgado, las deudas atrasadas de una vida vivida al pairo de los otros, los fingimientos de ser alguien distinto al ser que nos sustenta. Brilla la luna ahora como la metáfora de un nuevo alumbramiento, el regreso de todo aquello que somos sin haberlo sido.

Se oye la risa del mar sobre las rocas. De pronto la realidad es el latir del corazón, el anhelo, cercano o no, que permanece siempre en nuestro espíritu, ese asidero que nos impide el definitivo viaje a la lona, la heroica obstinación que nos evita el papel de gladiador vencido en la arena.

Las palabras remontan el vuelo una vez más. Es posible, nuevamente, hablar del sol, ese sol que anticipa por fin la llegada de los días perfectos donde conversar contigo.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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