Ciencia y Tecnología

El planeta azul

La visión de la Tierra desde el espacio nos muestra el agua como componente esencial. De ahí el sentido que tiene llamarle a la Tierra planeta azul.

El planeta azul

Visto desde el exterior de la atmósfera, nuestro planeta se diferencia fundamentalmente del resto de los que componen el Sistema Solar por su peculiar color azulado, y por las nubes que aparecen rodeándolo. Esta característica diferencial de la Tierra no tiene otra razón de ser que la existencia en ella de agua en sus tres estados. Pero, ¿cómo llegó a formarse el agua? ¿Por qué no existe en otros planetas?

La aparición de los planetas

Las teorías surgidas ya en el pasado siglo suponen que los planetas aparecieron simultáneamente al Sol, a partir de polvo y gas interestelar, lo que implica admitir una composición original de la Tierra a base, fundamentalmente, de hidrógeno (90%) y helio (9%), y otros elementos como carbono, oxígeno, etc., en menor cuantía.

Con el transcurso del tiempo, las partículas sólidas se fueron aglutinando y formando rocas que, a modo de esponjas, retuvieron en su interior gran cantidad de gases, entre ellos el vapor de agua. Muchos de estos gases, originados por la compresión necesaria para la formación de las rocas, escaparon al exterior con las erupciones volcánicas y formaron alrededor del planeta una atmósfera primitiva, constituida sobre todo por metano, amoníaco y vapor de agua, junto con el hidrógeno y el helio ya existentes.

Los gases en la Tierra

Conforme transcurría el proceso de consolidación y enfriamiento de la Tierra, los gases más pesados se dispusieron en forma de capa a su alrededor, mientras otros más ligeros, como el hidrógeno o el helio, escapaban hacia el espacio. Simultáneamente, el vapor de agua existente en esta atmósfera primitiva fue enfriándose y formó las primeras nubes, cuyas precipitaciones darían lugar a los primeros mares.

La constitución de la Tierra

Los siguientes pasos en la transformación de la constitución de la Tierra dependieron de la actividad solar: sus rayos ultravioleta descompusieron muchas de las moléculas de vapor de agua, y las transformaron en hidrógeno —que escaparía pronto de la atmósfera— y oxígeno.

La capacidad de este segundo gas de quemar tanto el amoníaco como el metano, dando como resultado de esta combustión nitrógeno y agua en el primer caso, y dióxido de carbono y agua en el segundo, explicaría el aumento progresivo de la cantidad de agua existente en el planeta, al mismo tiempo que la atmósfera cambiaba y se transformaba, fundamentalmente, en una mezcla de dióxido de carbono y nitrógeno.

Esta atmósfera, existente también en planetas como Venus o Marte, según las últimas investigaciones espaciales, sufriría en el caso de la Tierra un posterior y definitivo cambio. ¿Por qué? La primera fase de la explicación hay que basarla en el llamado efecto invernadero, por el cual el dióxido de carbono permite el paro de los rayos solares que calientan a un planeta, pero los rayos infrarrojos emitidos por él no llegan a escapar al espacio debido a la presencia del dióxido de carbono.

Así, de forma lenta pero continua, la temperatura del planeta no eleva y calienta el agua hasta convertirla totalmente en vapor. Hasta aquí el caso es similar al de Marte o Venus, pero en la Tierra iba a tener lugar un segundo acontecimiento modificador del propio efecto invernadero: la aparición de la vida.

Conclusión

En efecto: el surgimiento de los primeros seres vivos, a partir del metano y del amoníaco puso en marcha el proceso de fotosíntesis, es decir, de absorción del dióxido de carbono y de los compuestos de nitrógeno, para transformarlos y dar lugar a la materia orgánica constitutiva de las células.

Como consecuencia de este proceso químico hicieron su aparición volúmenes de oxígeno y nitrógeno puros suficientemente importantes como para modificar la composición de la atmósfera disminuyendo el porcentaje de dióxido de carbono y atenuando con ello el efecto invernadero, hasta situar a nuestro planeta en unos márgenes de temperatura aceptables para la existencia del agua en sus tres estados, y, consecuentemente, para el desarrollo de las formas de vida más primitivas.

Fuente: Temas Clave de Aula Abierta Salvat – El agua, cultura y vida. Publicado en el año 1981
Autor: Claudio Mans Teixido.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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