Sociedad

Una imagen para la posteridad

Son muchas las imágenes que no pasan desapercibidas. No me refiero solo a las que utilizan una cámara para inmortalizarlas, sino también a las quedan simplemente grabadas en nuestra retina. Aquí tenemos una muestra.

La rubia no pasa desapercibida, es de las que hace perder el sentido. Como diría un conocido: va pidiendo guerra. No sé si dicha aseveración será cierta o no, pero de lo que sí estoy seguro es de que la chica puede provocar accidentes. Puede hacer que un obrero se caiga de una andamio, de que un motorista pierda el control de su vehículo y termine empotrado en un escaparate, de que los viandantes tropiecen contra el bordillo de la acera o de que en el rostro de muchas mujeres que se crucen con la muchacha de largas piernas y escultural figura se dibujen gestos de desprecio, generados por la envidia.

El del traje rojo no se conformó con verla pasar, con recrear su vista y hacer que la imaginación se perdiese en escenas inimaginables. Quiso algo más. Quiso perpetuar, dejar para la posteridad, partes intimas de la espectacular rubia. El autor de la fotografía que os mostramos nos regaló a todos una sonrisa. Cazó al cazador y nos ofreció la escena. Así es la vida. ¿O no? Pueden surgir dudas.

El artículo lo escribí hace cerca de cuatro años. Estaba escondido entre las páginas de Batiburrillo.net. Me he decidido a retocarlo y a publicarlo de nuevo, no por su interés mediático, reconozco que hay otras muchas cuestiones más interesantes, lo he hecho porque la imagen no deja de ser curiosa y, estoy seguro que, en muchos de vosotros (y vosotras) se dibujará una sonrisa en vuestro rostro serio, algo que es muy saludable.

Está claro que el fotógrafo que plasmó la imagen que os ofrecemos sólo pretendía captar a la rubia, y mientras preparaba la cámara y pulsaba el botón, se le coló el del traje rojo en la escena. Ambos pretendían lo mismo: grabar un instante, o mejor, una imagen para la posteridad.

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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