Sociedad

¡Lo que hay que ver!

No importa que el taxista esté dado de alta como autónomo y pague sus impuestos. No necesita disponer de un medio de transporte registrado en el organismo que equivale a nuestra Dirección General de Tráfico. Estoy seguro que tampoco es necesario tener autorización para convertir una moto en un taxi de altos vuelos. Y digo lo de altos vuelos porque no se trata de un vehículo capaz de transportar, además del conductor, a un máximo de cuatro pasajeros más, uno delante y tres detrás, sino que soporta a seis viajeros, repartidos equitativamente a derecha e izquierda. Pero, por lo que deduzco, su circulación está permitida por las autoridades, que, además de lo ya indicado, tampoco calibran los riesgos.

Presuponemos que las velocidades alcanzadas por tan singular vehículo no pueden ser muy altas. Nos basamos en que se trata de una moto de no muy alta cilindrada, por lo que sometida al desplazamiento de tan extraordinario peso en sus pasajeros, tendrá que circular muy lenta. Pero ello no implica que, el conductor de un vehículo que lleve una velocidad normal, pongamos de 80 kilómetros por hora, se encuentre con la moto delante de improviso, al terminar una curva, y que no tenga que hacer juegos malabares para no impactar contra ella. Ocurriría algo similar a lo que pasa cuando un conductor ve cortada su trayectoria por una animal suelto en el camino, salvando las diferencias.

La mayoría intuimos que la moto taxi de la imagen es multifuncional y, presupongo, de fácil mantenimiento, pero también creemos que el singular vehículo no podría circular por nuestras carreteras, ya no digamos autovías y autopistas. Al riesgo intrínseco habría que añadir el que producen los otros vehículos, los que se cruzan con él. Vemos, también hay que decirlo, que la calzada tiene un firme en perfectas condiciones, pero ello no es disculpa para que el taxista circule impunemente. «Cosas veredes, amigo Sancho».

La imagen se encuentra en Daily Picks and Flicks

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.