
En algunas ocasiones se ha dicho que las personas mayores no deben dedicarse a activar su mente con el fin de efectuar nuevos descubrimientos, pero esto no es así sino todo lo contrario. El seguir aprendiendo durante toda la vida es algo muy importante. Es la conclusión a la que han llegado un grupo de investigadores de la UCLA y publicado en PLOS.one.
Ciertos aspectos relacionados con la curiosidad no se desnavecen con la edad. Las personas mayores siguen manteniendo su interés por aprender, de centrarse en el aprendizaje, sobre todo en temas que les gustan. Con ello mantienen su mente activa. Según la investigación, mantener la curiosidad puede ayudar a proteger contra el Alzheimer y otras formas de demencia.
La importancia de la curiosidad para el aprendizaje permamente
Si no existe nada que despierte la curiosidad en adultos mayores, puede surgir el deterioro cognitivo. Está claro que la edad no frena el interés sobre nuevos descubrimientos que lleven a ocupar la mente positivamente.
Alan Castel, psicólogo de la UCLA y autor principal del estudio, ha dicho lo siguiente: «La literatura psicológica muestra que, a menudo, lo que se conoce como curiosidad rasgo, o el nivel general de curiosidad de una persona, tiende a disminuir con la edad. Pero nos pareció un poco extraño y contradecía algunos de los aspectos que observamos en algunos de los participantes adultos mayores de nuestros experimentos, quienes a menudo estaban muy comprometidos e interesados en aprender sobre la memoria, en particular, e incluso sobre otras cuestiones triviales«.
Los psicólogos dicen que la curiosidad de estado es un tipo momentáneo que experimentan las personas cuando se les pregunta sobre temas específicos. La curiosidad de rasgo es una forma de la personalidad.
Hay que personas que no son curiosas por naturaleza y se conforman con aceptar las cosas más o menos al pie de la letra. Es la curiosidad de rasgo. Cuando existe una gran interés por adquirir conocimientos sobre temas específicos se trata de la curiosidad de estado. Cada persona tiene activada una de las dos formas de curiosidad.
Los tipos de curiosidad y su incidencia
Los investigadores recurrieron a un notable número de personas con edades comprendidas entre los 20 y los 84 años. Utilizaron un cuestionario en el que se implementaban preguntas relacionadas con los dos tipos de curiosidad indicados.
Una de las preguntas formuladas fue ¿Cuál fue el primer país que otorgó el derecho al voto a las mujeres? Los investigadores les indicaron a los participantes que escribiesen una respuesta, aunque tuviesen que adivinarla. A continuación les dijeron cuánto les interesaba saber la respuesta correcta.
Se encontró que ambos tipos de curiosidad están correlacionados: las personas con mayor curiosidad de estado también experimentan mayor curiosidad de rasgo, y viceversa. La de rasgo disminuye a lo largo de la vida, siendo más baja cuando se tiene más edad.
Al principio de la edad adulta el interés por aprender nueva información a partir de trivialidades disminuyó al principio de la edad adulta, aumentó considerablemente después de la mediana edad y continuó aumentando hasta bien entrada la vejez.
Conclusión
Según Castel, los resultados de la investigación son los siguientes:
«Nuestros hallazgos coinciden con parte de mi trabajo sobre la teoría de la selectividad, que sostiene que, a medida que envejecemos, no queremos dejar de aprender, simplemente somos más selectivos con lo que queremos aprender«.
«Esto se observa en el contexto del aprendizaje permanente: muchos adultos mayores volverán a tomar clases, a practicar pasatiempos o a observar aves. Creo que demuestra que este nivel de curiosidad, si se mantiene, puede realmente mantenernos despiertos a medida que envejecemos«.
Es evidente que cuando envejecemos atendemos más a lo que es importante y olvidamos todo lo que es superfluo. Nuestro cerebro ya no dispone de las mismas capacidades memorísticas que se tenían antes de llegar a esas edades. Aunque es muy importante seguir manteniendo la curiosidad existe un notable desinterés por asuntos que antes se tenían en cuenta.