El Tema

La obsolescencia programada: la corta vida de los dispositivos tecnológicos

Acabamos de comprar un móvil que hace apenas dos días que se ha puesto a la venta. Sabemos que en un corto plazo de tiempo tendremos que cambiarlo por otro más moderno. Así es y así seguirá siendo.

La obsolescencia programada: la corta vida de los dispositivos tecnológicos

Si buscamos el significado de obsoleto, emparentado con obsolescencia, encontramos lo siguiente: referente a lo que se ha quedado anticuado y, debido a ello, ya no se utiliza actualmente. La palabra se aplica a una gran cantidad de elementos y situaciones. El tiempo no perdona. Los días transcurren, y lo que fue ya no es. Aunque las tradiciones existen, y muchas se conservan con el devenir, ello no significa que sean varias las que queden sepultadas en el olvido.

Pérdida de valor

El título de este artículo tiene que ver con la palabra definida en el párrafo anterior, aunque cuando nos referimos a la obsolescencia programada, nos centramos en la pérdida de valor de aparatos y de todo lo que los adorna. Así sabemos que los antiguos televisores que emitían en blanco y negro llevan varios años muertos. Lo mismo ocurre con muchos modelos en color, con lavadoras, lavavajillas, frigoríficos, y, sobre todo, teléfonos móviles inteligentes, tablets, y ordenadores portátiles y de sobremesa. A ellos va dirigido esta publicación.

Una vida muy corta

Los fabricantes de dispositivos móviles y ordenadores, así como los programadores de los sistemas operativos que los hacen funcionar, trabajan pensando que los productos elaborados tienen una vida media de poco más de dos años. A pesar de todas las crisis, el consumismo sigue imperando en nuestras vidas. Pero no necesitamos estar a la última, adquirir el más reciente modelo de un smartphone, de una tablet o de un portátil, para ver que el dispositivo que poseemos ya no funciona como antes. Alguno o algunos de los elementos que los componen ya no trabajan como debían, los fallos dominan su funcionamiento.

Hay que mantener las ventas

No hacemos ningún descubrimiento si decimos que los fabricantes crean productos de vida reducida, y nosotros lo sabemos, pero no nos resistimos a comprarlos. Y ya no digamos de los sistemas que permiten que funcionen los dispositivos iOS y Android, o los ordenadores con Windows o macOS, que se renuevan cada cortos periodos de tiempo y que, los dispositivos con cierto grado de veteranía, no soportan.

La toma de decisiones

Aunque la UE (Unión Europea) y otros organismos similares intentan controlar tales desmanes, opino que va a ser imposible, que los fabricantes y grupos anejos seguirán haciendo lo que ahora hacen. La obsolescencia programada seguirá activa. Se necesitarán profundos cambios en productores y consumidores para que ésta muera. Si la vida de estas máquinas fuese más larga, el negocio ya no sería lo que es. Lo peor de todo es que nosotros, los que los compramos, siempre queremos tener el último modelo aunque hagamos lo mismo con el nuevo que con el que guardamos en el bolsillo o en el bolso, o tenemos sobre la mesa del salón.

A tener en cuenta

Lo peor es cuando algunas personas se desesperan al comprobar, por ejemplo, que alguna de las apps utilizadas en su dispositivo móvil, ha dejado de funcionar.

Hoy mismo, en unos cuantos móviles iOS y Android, ya no funciona WhatsApp. Todos los iPhone que tengan instalada una versión anterior a la 9 de iOS porque no se ha podido actualizar desde hace tiempo, o los Android, de diferentes marcas, con versiones del sistema anteriores a la 4.0.3, ya no estarán dispuestos a trabajar con la aplicación de mensajería más utilizada.

Está claro que las personas que tengan uno de estos dispositivos y quieran seguir utilizando WhatsApp solo tienen una solución: cambiar su smartphone por uno más moderno.

Y no se trata del único caso de pérdidas de prestaciones, hay muchos otros. Así, por citar otro ejemplo, los poseedores de un ordenador Mac con procesadores Intel han tenido que renunciar a las actualizaciones del sistema operativo macOS desde que se pusieron en escena los ordenadores de Apple que funcionan con el chip M1. O se compran un nuevo equipo o ya saben cuales son las consecuencias…

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.