Ciencia y Tecnología

Los efectos negativos que trae consigo la radiactividad

Hablamos de los efectos que trae consigo la radiactividad. La exposición prolongada a los rayos X, como las que se producen al ser sometidos a determinadas exploraciones radiológicas, entre otras más habituales, pueden afectar negativamente a nuestro cuerpo.

Los efectos negativos que trae consigo la radiactividad

Desde el mismo momento de su descubrimiento, las emisiones radiactivas mostraron lo nocivos que podían ser sus efectos. Así, el propio Antoine Henri Becquerel, su descubridor, sufrió una quemadura y posterior úlcera que tardó en curar varios meses por el simple hecho de llevar durante unas horas en el bolsillo de su chaqueta un pequeño tubo que contenía unas muestras de radio sin ninguna protección.

Los efectos nocivos de la radiactividad

Este efecto nocivo de las emisiones radiactivas se debe al carácter ionizante de las mismas, carácter que también poseen otras radiaciones como los rayos X y los rayos cósmicos. Semejante ionización produce alteraciones en las moléculas que forman fundamentalmente el núcleo celular, lo que se traduce en una serie de efectos inmediatos como quemaduras, eritemas, y más, y en efectos a más largo plazo cuyo período de latencia puede ser de varios años y que pueden degenerar en enfermedades de tipo canceroso.

Por otro lado, un exceso de irradiación en ciertas partes del cuerpo, como las gónadas, puede no producir aparentemente ningún daño al individuo, pero dar lugar a ciertas alteraciones genéticas que se detectarán en futuras generaciones.

Daños de la radiación

Evidentemente, el grado y la extensión del daño producido por la radiación depende de muchos factores, pero, fundamentalmente, de lo que se denomina dosis de absorción, que a su vez depende del grado de irradiación a que el individuo se encuentra sometido y del tiempo durante el cual ha sufrido la exposición, ya que las dosis absorbidas son acumulables.

Por un lado, un grado elevado de irradiación en una sola vez puede dar lugar a una dosis muy alta que genere efectos nocivos, y, por otro lado, existe también el riesgo de llegar a alcanzar dosis elevadas al exponerse durante un tiempo prolongado a fuentes de irradiación no tan intensas.

Rem y milirem

Las dosis de absorción se miden en una unidad que recibe el nombre de rem, si bien normalmente se utiliza un submúltiplo de la misma denominado milirem. Esta unidad tiene en cuenta todos los efectos que la radiación produce en el organismo, con independencia del tipo de radiación de que se trate, siendo por tanto una unidad de medida basada en los efectos fisiológicos.

La actuación de las dosis de radiación en el ser humano

Las causas por las cuales el ser humano recibe una cierta dosis de radiación son muy variadas. Pero, en condiciones normales, estas dosis se mantienen en unos valores que para nada afectan al organismo. Por un lado, de forma natural una persona recibe directamente un cierto grado de radiación cósmica que se puede evaluar en unos 40 milirems al año.

Del mismo modo, las sustancias radiactivas que se encuentran de forma natural en los distintos materiales terrestres suponen una dosis de unos 60 milirems por persona y año. Estas dosis de origen natural varían de un lugar a otro del planeta, pero en cada uno de ellos permanecen fijas, dando lugar a la existencia de un fondo radiactivo constante.

Por otro lado, también recibimos dosis que no provienen de estos factores naturales, sino de causas artificiales que van desde la exposición a los rayos X en las exploraciones radiológicas hasta los posos radiactivos que han dejado antiguas explosiones nucleares, pasando por las pequeñas dosis que emite un televisor o un dispositivo móvil, o produce una central nuclear en funcionamiento.

Conclusión

Aunque en general todos recibimos una cierta dosis de este origen artificial, el valor de la misma ya no es constante, sino que depende de la forma de vida del individuo.

Fuente: Temas Clave de Aula Abierta Salvat – La energía del átomo. Publicado en el año 1981
Autores: Manuel Acero e Ildefonso Irún

Fabriciano González

Amante de la informática y de Internet entre otras muchas pasiones. Leo, descifro, interpreto, combino y escribo. Lo hago para seguir viviendo y disfrutando. Trato de dominar el tiempo para que no me esclavice.

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